jueves, 13 de diciembre de 2012

La historia a prueba de fuego


¿Qué hubiera dicho Galileo sobre el calentamiento Global?

“Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción”
- Isaac Asimov-
Por: Laura Cristina Camargo Tovar
Empecemos por hablar de un genio
Es curioso que el nombre “Prometeo” signifique “Pre-Vidente” o el que se anticipa a los hechos, pues fue justamente a causa del fuego que los dioses condenaron a los Hombres a los males de la caja que Pandora abrió.
Vaya uno a saber si es un castigo divino la libertad cuando falta la conciencia y el fuego cuando tras el insoportable calor se esconde la llegada de un fuerte invierno. Pero en vista del poco tiempo que nos queda para salvar a la humanidad (no como acto heroico sino como disculpa por no haber tomado medidas antes), conviene mantenerse bien informado sobre un eventual fin del mundo, a causa de nuestras inútiles acciones para desacelerar el calentamiento Global.
Cuando todos nos preguntábamos, por qué Estados Unidos no firmaban el protocolo de Kyoto, una bomba noticiosa, callada rápidamente, se desató: En noviembre del 2009, Hakers que lograron infiltrarse en un sistema universitario de computadores inglés, en donde se citaba al jefe de la ONU y a otras organizaciones de élite científica, en las cuales se encontraron múltiples falsificaciones de reportes climáticos, salió a la luz. (Rocko, 2009) (Jorge, 2009)
El escándalo fue tal que incluso Lord Mockton exigió la disolución de las Naciones Unidas, por fraude. (EmpoweredByKnowledge, 2009) Posteriormente, varios sitos, cómo Infowars.com y PrisonPlanet.com que no solo habían expuesto pruebas sino que habían acusado al calentamiento Global de ser un distractor del establecimiento del nuevo orden mundial fueron censurados pues como estos, muchos blogs y páginas que trataban temas como el del proyecto HAARP, los Chemtrails y el nuevo orden mundial desaparecieron y justo después de que en Copenhague no se tomara ninguna decisión estalló una nueva preocupación, el año 2012, en el que si no se acaba el mundo llega el anticristo o el apocalipsis porque hasta lo mayas lo predijeron y qué mejor ejemplo que todos los fenómenos que últimamente han afectado al planeta, terremotos, tsunamis, calentamiento global…
A lo largo de la historia humana siempre se han hallado “distractores” gracias a los cuales las “masas” obedecen, y cómo no hacerlo, si mediáticamente nos bombardean de miedos, deseos y soluciones que solo requieren fe. No solo solo la televisión y los grupos que dentro de las redes sociales nos invitan, con imágenes amarillistas sobre la hecatombe ecológica, a ser Green consumers, el cine por ejemplo, que siempre nos ha fascinado con sus despliegues de efectos especiales y diversas teorías escatológicas, ahora pone al sol y al calentamiento global como causante del fin del mundo. Claros ejemplos de esto son las películas Presagio (Proyas, 2009), Sunshine (Boyle, 2007), 2012 (Emmerich, 2012, 2009) y El día después de mañana (Emmerich, 2004), entre otras.
Por esto, el presente ensayo tiene como objetivo, exponer los resultados de mi investigación que me llevaron a concluir que el calentamiento global es un farsa, es decir, descubrir que hay tras esa mentirosa “verdad incomoda.
Empecemos por hablar de un genio
Como todos sabemos, Galileo Galilei murió cegado por el amor de una estrella. Aquel genio Italiano, que hizo tantos instrumentos y descubrimientos peligrosos, observo con su cámara oscura y su telescopio el sol y ratifico que el universo no era perfecto, pues el sol tenía manchas. Esto lo dedujo porque en la época se creía que las manchas eran planetas y de ser así tanto en los bordes como en el centro del disco solar, los cuerpos debían tener el mismo tamaño, pero tras múltiples y juiciosas observaciones (que le terminarían quemando la retina), el pudo percibir que dichos “planetas” cambiaban de tamaño, de forma e incluso desaparecían.
Así Galileo Galilei, logró comprobar las afirmaciones de Harriot, Fabricius, Scheiner, e incluso, las de Teofrasto de Atenas (un discípulo de Aristóteles) que en el siglo 28 a.C las observó, pero a pesar de ser reconocidos científicos no fueron muy tenidos en cuenta sino hasta mucho después como lo menciona el meteorólogo Ángel González Coroas, en su escrito El descubrimiento de las manchas solares, -del que citaré un fragmento a continuación- porque según la iglesia catóilica, el sol al ser un objeto divino, debía ser perfecto, es decir, completamente redondo e inmaculado:

Galileo Galilei (1564 – 1642), por su parte, que tantos descubrimientos había hecho en el cielo, escribió a Velser una carta, fechada el 4 de marzo de 1612, cuyo título era “Epistola ad Velserum de marculis Solaribus” en la que afirmaba que hacia 18 meses que había visto y mostrado a varios amigos suyos las manchas del Sol, esto es en octubre de 1610. En sus “diálogos” también lo asegura; y en esta fecha las vio en Padua, donde era profesor, y luego en Venecia.
El padre Micanzio, en una carta a Galileo, escrita en septiembre de 1631, afirma que cuando este gran hombre construyó su primer anteojo, una de las cosas que inmediatamente observó fueron las manchas 3 solares, en las que nadie quería creer.




De otro lado, pretenden algunos que está fuera de toda duda que, en abril de 1611, Galileo, que se encontraba en Roma, nseñaba las manchas solares a los literatos de la Ciudad Eterna en el Jardín Bandini. Por lo que hemos expuesto, se ve que a Galileo pertenece el descubrimiento si nos inclinamos a sus afirmaciones; pero si aceptamos, como es prudente hacerlo, por único testimonio las fechas de los documentos, corresponde este honor al holandés Fabricius. El mérito y los trabajos de Galileo son tan grandes, que poco agregaría a su nombre el descubrimiento de las manchas solares; scheiner también es acreedor por más de un Título a nuestra consideración, despertada la atención de Galileo por las cartas a Velser, se dedicó con asiduidad al estudio de las manchas, consiguiendo a los pocos meses formular su verdadera teoría que era contraria a la de Scheiner, pues éste las consideraba como planetas situados a muy corta distancia del Sol. Reconoció como Fabricius, que formaban parte del globo solar y que su traslación aparente dependía del movimiento giratorio del Sol sobre su propio eje, suponiéndole una duración de unos 28 días, período difícil de comprobar, por la insuficiencia de los instrumentos, pues el anteojo de Galileo carecía de micrómetro, ni fue posible aplicárcelo, siendo, por lo tanto, muy inexactas las medidas; más tarde cuando Scheiner ideó estudiar las manchas proyectando la imagen del Sol sobre una pantalla, rectificó algunos errores, tales como, la duración exacta del período de rotación del Sol. Pretenden algunos que el invento de estudiar las manchas por proyección pertenece también a Galileo y no al astrónomo alemán Scheiner. En la carta de Micanzio, ya citada, se lee” puedo decir el sitio y lugar en que hicisteis ver las manchas con el anteojo sobre un papel blanco a nuestro padre de gloriosa memoria, Fray Pablo Sarpi”.
(Coroas.)


No obstante, el comportamiento cíclico del sol no fue notado sino hasta 1843, cuando el boticario alemán, Heinrich Schwabe, basándose en el estudio de 17 años de sus observaciones; un programa de observaciones diarias del número de manchas desde varios lugares de la Tierra y una reconstrucción de los datos existentes entre 1610 y 1843 en el que trabajo junto con Rudolf Wolf del observatorio suizo de Zurich, descubrió que si tenía un comportamiento cíclico y que entre mínimo y mínimo (o entre máximo y máximo) de este número de manchas, transcurren en promedio once años.




(PÉREZ)
Este carácter cíclico, como el de la rotación del sol que Galileo calculo en 28 días, son importantes aportes que Galileo le hizo a la astronomía y que hoy nos permiten comprender mejor el clima de nuestro planeta, así como la veracidad de los periodos de calentamiento y enfriamiento global (que están relacionados con el sol y no con el CO2) que serán la preocupación de mi trabajo.
Una definición pasada de moda
Tanto como significo desmentir que el sol girará a nuestro alrededor, quizá resulte decir que el calentamiento global es una farsa, en una sociedad donde muchos comparten la aterradora idea de que aunque los dioses no generen un sol perfecto, los humanos si dañamos al mundo, pero para explicar porque el calentamiento no existe conviene aclarar algunas cosas primero.
Calentamiento global no es lo mismo que cambio global; de hecho, el calentamiento global es tan solo uno de los cambios globales.
Los cambios globales son procesos multidimensionales, que transforman el macroecosistema del planeta, modificando las condiciones de vida en los diversos hábitats. Son varios, porque dentro de estos se incluyen los cambios sociales, culturales y económicos, como la sobrepoblación y el aumento en la natalidad; el cambio climático es uno de los más importantes y mencionados a nivel mundial pues se creía que era causa de muchos factores y generaba diversos cambios globales como el aumento del nivel del mar, la modificación de las corrientes interoceánicas y la extinción y migración de especies entre muchos otras transformaciones, que tampoco son nuevas, porque las glaciaciones ya habían provocado antes adaptación o extinción de muchas especies.
Conceptos preliminares
Los cambios globales dentro de un contexto ambiental, son los diferentes fenómenos que disminuyen la resistencia y la resiliencia de los ecosistemas y con ellos la capacidad de la Tierra de soportar la vida. Estos cambios amenazan particularmente a las sociedades que para subsistir dependen directamente de los recursos naturales de su entorno; aunque el aumento de la concentración de la población, el crecimiento de los conflictos, la escases de alimentos, la pobreza y la ingobernabilidad que traerán los cambios globales, afectarán de manera creciente a todas las sociedades del mundo (Programa cambio climático, 2009).
Por esto, en el año 1987, la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, adoptó el concepto de desarrollo sostenible cómo aquél que cubre las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para cubrir sus propias necesidades, procurando poner límites al crecimiento económico en los países industrializados, y mantener controlados los cambios globales que estos generaban, tanto en el medio ambiente como en la economía de los países menos desarrollados (Programa cambio climático, 2009).
Los cambios globales
Los cambios globales pueden tener causas ambientales unas de tipo natural (como las glaciaciones o los volcanes) y otras provocados por el hombre, (como la contaminación hídrica por los desechos industriales arrojados a los ríos, la deforestación, el mal manejo de basuras, entre muchos otros.
Muchos opinan que el calentamiento global es producto de los desechos gaseosos de las industrias, la respiración humana, el metabolismo de las vacas, los gases de los carros, los malos tratamientos de aguas que generan lluvia ácida y aumentan el efecto invernadero entre otros y como los desechos tecnológicos no biodegradables; no obstante, esto no es cierto, nuestra falta de cuidado ambiental, genera múltiples problemas pero no es el responsable del calentamiento global como explicaré más adelante.
El calentamiento Global
En una conferencia dictada por Jorgue Gutierrez él definió calentamiento Global como el aumento de la temperatura atribuida directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables (Gutierres, 2009)
¿Qué produce el calentamiento Global?
Hay diversas teorías sobre lo que genera el calentamiento global: La idea que Al Gore y la mayoría de autores defendían (Martón, 2010) (Gore, 2006) (Gallardo) (el calentamiento global, 2009) (Parody) y que creo que nosotros conocemos es que el calentamiento global se produce porque por efecto de los gases invernadero cuando los rayos del sol no pueden escapar y a tierra se calienta.
Sin embargo, aunque Al Gore mencionó que el aumento de CO2 en la atmósfera produciría un aumento de las temperaturas y que se desertizarían muchas zonas del planeta Ninguna de las dos cosas ocurrieron, pues el año pasado se ratificó que la temperatura global había descendido 2 grados; por otra parte, la temperatura media global en la era mesozoica, cenozoica y paleozoica tuvo periodos muy similares en lo que a temperatura respecta, mientras el CO2 vario mucho, estuvo entre las 1000 y las 2000 partes por millón (entre 3 y 6 veces por encima de la cantidad actual). De esto se deduce que no están relacionados el CO2 y la temperatura.
Además, periodo aún poblaban este planeta, el CO2 estaba entre las 1000 y las 2000 partes por millón (entre 3 y 6 veces por encima de la cantidad actual), y la vegetación era abundante y muy frondosa. No tienen nada que ver el CO2 con la desertización.
Además, el CO2 favorece el crecimiento de las plantas, y si a esto le añadimos un aumento de temperatura lograríamos que su crecimiento en número y volumen sea representativo.
http://www.wisphysics.es/wp-content/uploads/2008/01/temperatura-y-co2-edad-geologica-terrestre.jpg
Más pruebas
A continuación mostrare algunas estadísticas y datos obtenidos de estudios meteorológicos realizados en distintos lugares.
No obstante, un árticulo publicado por S.I. Rasool y Stephen H. Schneider, en la revista Science en 1971decia lo siguiente en su abstract:



Los efectos sobre la temperatura global de grandes aumentos de dióxido de carbono y densidad de aerosoles en la atmósfera de la Tierra han sido computadas. Se encontró que aunque el agregado de dióxido de carbono en la atmósfera aumenta la temperatura de la superficie, la tasa de aumento de la temperatura disminuye con el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera.
Para los aerosoles, sin embargo, el efecto neto de aumento en densidad es reducir la temperatura superficial de la tierra. A consecuencia de la dependencia exponencial de retrodifusión (backscatte-ring), la tasa de disminución de la temperatura aumenta con el incremento del contenido de aeroso-les. Un aumento de sólo un facto de 0.4 en el fondo de concentración global de aerosoles podría ser suficiente para reducir la temperatura de superficie en hasta 3.5ºK. Si se mantiene durante un período de varios años, se cree que tal disminución de la temperatura en todo el globo será suficiente para disparar una edad de hielo.” (Schneider, Julio de 1971)


Y hoy en día, analizando gráficas como las de la base de datos del Hadley Center de Gran Bretaña, podemos observar múltiples anomalías con la idea de “calentamiento global”:
Anomalías de Temperaturas del Ártico
En este gráfico podemos observar que durante la década de 1930-40 las temperaturas del Ártico fuero más altas que las que se viven actualmente.
http://www.mitosyfraudes.org/images-20/Svalvard.jpghttp://www.mitosyfraudes.org/images-20/Fairbanks.jpg
Esto indica, que aunque se evidencia una tendencia al calentamiento en los años 2005 y 2006 (con respecto a una pequeña edad del hielo de los anteriores 5 años), el 2007 fue un año más frío que el 2006, por lo que el calentamiento de la atmósfera debe ser descartado, o puesto en seria duda, lo mismo que sucede con Fairbanks, Alaska, donde años más cálidos no causaron ningún “derretimiento” de los hielos del Ártico:
http://www.mitosyfraudes.org/images-20/Halley.jpghttp://www.mitosyfraudes.org/images-20/DumontDurville.jpg
En el análisis de Eduardo Feyera (Eduardo Feyera (Presidente de FAEC)), en donde se explica más detalladamente lo anterior, él explica lo siguiente:



1. El concepto de “temperatura global” no tiene ningún sentido físico, ya que las temperaturas varían ampliamente en todas partes del mundo, en algunos lugares aumentan, en otros lugares están más o menos estables, y en otros lugares disminuyen de manera constante, de manera notable, en el hemisferio sur. Sólo es un recurso estadístico.
2. El registro de las temperaturas de superficie adolece de severos cuestionamientos por varias razones, como la disminución de la cantidad de estaciones empleadas, que ha caído desde unas 6.000 en 1970 a poco menos de 1100 al día de hoy. Otra razón es la falta de calidad técnica de la mayoría de ellas, donde se observa un equipamiento antiguo y en malas condiciones, sobre todo en los países en desa-rrollo, un entrenamiento deficiente del personal técnico a cargo, una mala ubicación de los instrumen-tos de medición, por ejemplo, cerca de fuentes calor, áreas pavimentadas, cercanos a barreras de árboles que cortan los vientos y, sobre todo, el crecimiento de las ciudades que han engullido a las estaciones y le aportan un calor espurio dando lugar al conocido “efecto de isla urbana de calor”.
3. En una reciente investigación sobre las estaciones de la red de los Estados Unidos, se comprobó que el 85% de las estaciones relevadas no cumplían con los mínimos requisitos determinados por la Organización Meteorológica Mundial, por la mala ubicación de los instrumentos. Ver el estudio en http://www.surfacestations.org/. Al 12 de diciembre de 2007 se habían inspeccionado y evaluado 460 estaciones y se realiza la inspección de 761 estaciones restantes.


Este autor también nos muestra como al analizar los registros climáticos de varias zonas del hemisferio sur, no se cumple el aumento de temperatura.
¿No hay calentamiento?
Como he intentado demostrar anteriormente, aunque muchos parecen muy seguros de la realidad del calentamiento global varios analizaron el fenómeno y opinaron en contra.
Lo más curioso, fue que cuando se desato la polémica, los menos sorprendidos fueron los astrónomos, que desde que se generó la preocupación por el calentamiento global analizaron el sol, encontrando que el aparente calentamiento y posterior enfriamiento no se debía a la actividad humana sino a los ciclos solares, teoría que se conoce como la de la variabilidad solar y que a pesar de ser expuesta en la revista National Geográfic (Geographic, 2007) y en un estudio del Centro Nacional Espacial de Dinamarca (Centro Nacional Espacial de Dinamarca , 2007), no ha sido muy tenida en cuenta por los científicos lo que nos lleva a pensar que realmente hay alguna clase de interés, en mantener esta mentira.
http://www.wisphysics.es/wp-content/uploads/2008/01/calentamiento-global-desde-la-edad-media.jpg
En este gráfico se observan los niveles de CO2 y la temperatura de la Edad Media hasta el 2005. Como lo muestra la imágen, desde el año 800 al 1600, el CO2 permaneció prácticamente estable, mientras que la temperatura se observa muy variable. A partir de entonces el Co2 empezó a subir, pero la temperatura no tuvo mayores cambios. [1]
En la actualidad sigen sin relacionarse el Co2 y la temperatura, pero curiosamente, la temperatura si se corresponde con los ciclos solares:
http://www.wisphysics.es/wp-content/uploads/2008/01/manchas-solares-co2-temperatura.jpg
En el siguiente grafico, podemos ratificar que el sol es la causa, analizando la relación existente entre las manchas solares y la temperatura media de la superficie de nuestros océanos:
http://www.wisphysics.es/wp-content/uploads/2008/01/temperatura-mar-manchassolares.gif
Por otra parte, vale la pena reiterar, que la temperatura de la Tierra no está relacionada con el CO2 por otro motivo bastante significativo: durante los años 1916 y 1940 se sufrió un fuerte calentamiento global (40% del total actual), mientras que el nivel de CO2 aumento muy despacio, así como Entre 1940 y 1975, se produjo un descenso de las temperaturas, mientras que el CO2 siguió aumentando y desde entonces el aumento climático no ha muy pronunciado.
Sin embargo, y aunque nuestra estrella es el mayor generador del cambio climático, no es el único culpable, el meteorólogo e investigador climático David Dilley afirmó que lo que en parte produjo el aparente enfriamiento global fueron los ciclos gravitacionales de largo plazo de la luna, según un análisis de datos de casi medio millón de años. (Patsxi, 2008) E Ian Willson, quién también apoya la teoría del enfriamiento global, observo que esta fase de calentamiento nos dirigia hacia una pequeña edad de hielo como producto de ciclos gravitacionales en el sistema solar, demostrando esto a través del análisis de las variaciones que se producen en la longitud del día terrestre, y los grandes ciclos térmicos de los océanos así como la oscilación decadal del Pacífico y la oscilación del Atlántico Norte, tan influyentes en el clima. (Ian)
Otra predicción que debe ser nombrada es la que los científicos Velasco y Harris del observatorio de Armagh, tienen sobre el enfriamiento global, atribuyéndoselo a la hibernación solar o a los máximos solares, sobre lo cual no deberíamos olvidar que el Ciclo Solar 25 comenzará a partir de 2022, y éste implicará uno de los periodos de actividad solar “más débiles desde hace siglos” a consecuencia del cual entraremos en la anteriormente mencionada edad de hielo.
La culpa es del sol.
Cómo lo menciona Silvia Bravo en su libro Encuentro con una estrella (Bravo, 1987) “los poetas han cantado siempre a las estrellas como las reinas de la noche y, sin embargo; todos los días, al amanecer una estrella aparece por el horizonte brindándonos hoy, como lo hizo ayer y lo hará mañana, la oportunidad de conocerla mejor”.
Quién se iba a imaginar que el sol no era un dios, no era inmaculado, no era estático y no era el centro del universo, como tampoco nosotros lo éramos, quién iba a saber que tenia múltiples polos magnéticos, que era nuestro centro gravitatorio, que giraba sobre sí mismo y que era tan temperamental y variable, en otras palabras, quién hubiera podido saber que el Sol no era perfecto.
La respuesta es: Galileo Galilei, porque en 1609 año en él se le consideraba inmaculado, él, además de muchos otros aportes a la astronomía, observo manchas en el Sol.
Este boceto de las manchas solares se encuentra en la obra El mensajero de los astros.

Los defensores del sistema tolemaico sostenían, con Aristóteles, que en el firmamento sólo podían existir cuerpos esféricos perfectos. Las observaciones mediante el telescopio de Galileo desmintieron esta opinión: fue el primero en describir los cráteres de la luna y las manchas solares. Tales observaciones le permitieron determinar el período de rotación del Sol y la dirección de su eje. Galileo puede ser considerado como el fundador de la ciencia moderna, porque hizo despertar a la inteligencia humana de una acrítica aceptación de la autoridad de Aristóteles, y trazó las líneas de un método experimental en el que la experiencia sensible y la razón venían a encontrarse unidas en el común esfuerzo de la investigación.
(Biografías y vidas), (Grupo Astrófilo Lariano, 1998)




Sin sus aportes, no se abrían podrido reconstruir los ciclos solares y hoy no sería posible refutar la idea del calentamiento global como producto de los gases invernadero
Conclusión:
Habiendo demostrado que el calentamiento global entendido como el aumento de la temperatura producida por lo seres humanos, es una farsa, solo me resta decir que no porque el sol sea el causante debemos agotar los recursos naturales, pues los daños ecológicos podrán no producir el fin del mundo de una forma inminente, pero si deteriorar nuestro ecosistema, nuestra salud y nuestros recursos para futuras generaciones.
Convendría entonces, cuidar el planeta porque es nuestro hábitat, y el próximo escándalo tener un buen detector de manchas solares y preguntarnos cuales son las intenciones tras la información que recibimos, que tanto hay de esoterismo y de censura.

Bibliografía

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Anexos:
CALENTAMIENTO SE DEBE AL SOL Y NO AL "EFECTO INVERNADERO", DICE EXPERTO RUSO
Moscú - El calentamiento global del planeta se debe en mayor medida a la actividad del Sol y no al "efecto invernadero" producido por la civilización, afirmó hoy el director del Observatorio Astronómico de San Petersburgo, Jabibuló Abdusamátov.

"
El calentamiento global es resultado de la elevada y prologada actividad solar que tuvo lugar la mayor parte del pasado siglo y no se debe al efecto invernadero", dijo el científico a la agencia rusa Ría-Novosti.
En contra de la opinión de la mayoría de las organizaciones ecologistas, el científico ruso afirmó que la actividad industrial no influye de manera determinante en el clima del planeta, que en el transcurso de los siglos ha experimentado períodos de calentamiento y enfriamiento.
"La gente no está en condiciones de influir en el calentamiento global de la Tierra, que después de un período de calentamiento siempre experimenta otro de enfriamiento", afirmó Abdusamátov.
Según el científico, el elevado nivel de energía solar que llegó a la Tierra durante el siglo pasado comenzó a descender en la pasada década de los años 90 y en consecuencia, paulatinamente se ha detenido el gradual calentamiento de las aguas de los océanos.
"Entre los años 2012 y 20015 la temperatura global de la Tierra comenzará un lento descenso, que alcanzará los niveles mínimos entre 2055 y 2060", pronosticó.
Explicó que ese enfriamiento será similar al que se observó entre 1645 y 1715 y que afectó a Europa, Norteamérica y Groenlandia y que coincidió con una disminución de la actividad solar, periodo en el que se congelaban ríos europeos como el Támesis y el Sena.
Añadió que ese período de enfriamiento durará al menos 50 años y que para el siglo XXII la Tierra comenzará de nuevo otra fase de calentamiento global.

EL CALENTAMIENTO GLOBAL PODRÍA ESTAR OCASIONADO POR LOS RAYOS CÓSMICOS
La cosmoclimatología, una nueva ciencia que aporta complejidad al cambio climático
Científicos del Centro Nacional Espacial de Dinamarca aseguran que nuestras emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera tienen un efecto mínimo en la transformación del clima terrestre en comparación con otro factor, mucho más radical pero natural: los rayos cósmicos procedentes de la explosión de estrellas y que llegan a la atmósfera de la Tierra con mayor o menor intensidad dependiendo del campo magnético del Sol, que puede repelerlos a su vez con mayor o menor fuerza antes de que nos alcancen. Mediciones de dos décadas vía satélite han demostrado que existe un vínculo directo entre la intensidad de dicha incidencia de rayos cósmicos y el clima terrestre, que se vuelve más frío o más cálido en función de la cantidad de nubes que se forman. Otras investigaciones recientes refuerzan el descubrimiento danés, que ha suscitado cierta polémica en la comunidad científica. Por Vanessa Marsh.

El calentamiento global podría estar ocasionado no sólo por el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, sino también y principalmente por los cambios en la intensidad de los rayos cósmicos que llegan a la Tierra, y que alteran la nubosidad de nuestro planeta, señala un estudio realizado por científicos del Centro Nacional Espacial de Dinamarca.
Experimentos desarrollados por este equipo han demostrado que los electrones liberados por los rayos cósmicos ayudan a la formación de los llamados aerosoles (conjunto de partículas suspendidas en un gas) que forman los núcleos de condensación de las nubes.
Por otro lado, las tendencias climáticas anómalas que se dan en la Antártica confirman el papel de las nubes en el cambio climático, informa dicho centro danés en un comunicado.
Entorno galáctico influyente
Se sabe que los rayos cósmicos y la actividad magnética del Sol influyen en las fluctuaciones climáticas en escalas temporales de décadas, siglos o milenios. En intervalos de tiempo aún más largos, las transformaciones del entorno galáctico han llegado a tener consecuencias tan drásticas como la que refleja la teoría geológica “Tierra bola de nieve”, que señala que en un pasado remoto nuestro planeta estuvo totalmente cubierto por hielo, incluidos los océanos.
Las investigaciones acerca de los rayos cósmicos y su influencia en el clima llevadas a cabo en el Centro Nacional Espacial de Dinamarca, lideradas por Henrik Svensmark, señalan que el clima está gobernado principalmente por las partículas atómicas procedentes de estrellas que han explosionado.
Estos rayos cósmicos ayudan a formar las nubes corrientes. En caso de que haya un nivel más alto de rayos cósmicos, se forman más nubes y el mundo se oscurece, enfriándose. Por el contrario, los intervalos temporales de climatología más suave se originan por la disminución de la cantidad de rayos cósmicos que inciden en la atmósfera, y la consecuente disminución de nubosidad.
Formación de nubes
Los científicos han explicado su descubrimiento en un artículo titulado Cosmoclimatology: a new theory emerges (cosmoclimatología: emerge una nueva teoría), publicado el mes pasado en la revista Astronomy & Geophysics. En este artículo señalan que las mediciones llevadas a cabo por satélite durante los últimos 20 años han demostrado que la formación de nubes de baja altitud se da poco después de que haya variaciones en los rayos cósmicos.
El Centro Nacional Espacial de Dinamarca ha estudiado esta relación a través del experimento SKY, que utilizó muones (partículas subatómicas diminutas cuya carga eléctrica puede ser tanto positiva como negativa) naturales capaces de penetrar hasta la sede de dicho centro.
El experimento descubrió que la actividad solar es en la actualidad es la más alta de los últimos mil años, lo que según los científicos daneses explica el calentamiento global por causas naturales y no artificiales.
La hipótesis de los investigadores, verificada por el experimento, es que los electrones liberados en el aire por los muones de los rayos cósmicos aceleran significativamente la formación de grupos moleculares de ácido sulfúrico y moléculas de agua, que dan lugar al núcleo de condensación de las nubes. Es en este núcleo donde el vapor de agua se condensa para producir las nubes.
Campo magnético solar
La intensidad de los rayos cósmicos cambia en función de la variación del campo magnético del Sol, que repele los rayos cósmicos que llegan del resto de la galaxia, antes de que éstos alcancen la Tierra. El carbono 14 radioactivo y otros átomos poco comunes originados en nuestra atmósfera por los rayos cósmicos proporcionan un registro de la intensidad de estos rayos durante los últimos 12.000 años.
Si la reacción del Sol ante dichos rayos fue débil y, por tanto, la intensidad de la incidencia de los rayos en nuestro planeta fue alta, en la Tierra se dieron condiciones climáticas frías (por el aumento de las nubes). La más reciente de estas situaciones fue la Pequeña Edad de Hielo, que culminó a mediados del siglo XIX. Alrededor de 1850, el clima del mundo empezó a calentarse de nuevo y puede decirse que la Pequeña Edad de Hielo se acabó en ese momento.
Algunos científicos creen que el clima de la Tierra todavía se está recuperando de la Pequeña Edad de Hielo y que esta situación se suma a las preocupaciones del cambio del clima causado por el hombre.
Efecto humano, ¿nimio?
En escalas de tiempo mucho más largas, la intensidad de los rayos cósmicos varía de forma más radical por la influencia de los cambios en la galaxia. Durante los pasados 500 millones de años, la Tierra ha atravesado cuatro periodos extremadamente calurosos, con escasez de hielo y niveles océanicos elevados, y cuatro episodios extremadamente fríos.
Los científicos del centro danés vinculan estos cambios al recorrido del Sol y de nuestro planeta por la Vía Láctea, que presenta diversos niveles de incidencia de rayos cósmicos sobre la Tierra.
Por tanto, como concluye Svensmark, resulta evidente que los vientos estelares y el magnetismo son factores cruciales en el origen y la viabilidad de la vida. En comparación con ellos y su capacidad de influenciar en el clima, las emisiones humanas de dióxido de carbono a la atmósfera parecen literalmente insignificantes, señala Svensmark.
Polémica científica
La tesis expuesta por Svensmark ha generado una cierta polémica en la comunidad científica, que en parte la considera un atentado a otras investigaciones, como la que difundió el pasaso febrero el IPCC, en la que han participado 600 científicos de 40 países. En este informe se dice que con una certeza del 90%, las actividades humanas han provocado el calentamiento global durante los últimos 50 años. The Times, por ejemplo, se hace eco de esta polémica, al tiempo que señala que la ortodoxia debe ser modificada antes estas evidencias. Pero no es una voz solitaria.
Nature había anticipado algo de esta polémica el pasado septiembre. Por su lado, Space Science Reviews acaba de publicar otro artículo en el que 14 investigadores señalan a lo largo de 140 páginas la influencia de la astronomía, el Sol y los efectos cósmicos sobre la Tierra y el clima de nuestro planeta. Asimismo, la revista Dendrochronologia señala en otro artículo%23toc%2320193%232007%23999759997%23641656%23FLA%23display%23Volume)&_cdi=20193&_sort=d&_docanchor=&view=c&_ct=16&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=8e1c7b7d6f7007daf3f51408175eba69 recién publicado que el polvo interestelar puede desempeñar un papel rector en el cambio climático.
Finalmente, la European Organization for Nuclear Research (CERN), con sede en Ginebra, anunció el pasado octubre que el proyecto conocido como CLOUD (Cosmics Leaving OUtdoor Droplets) ha comenzado a reunir datos para determinar la influencia que podrían tener los rayos cósmicos galácticos sobre la formación de las nubes y el clima de la Tierra, según informó en un comunicado.
El CERN empleará por primera vez el acelerador de la física de alta energía para estudiar la atmósfera y el clima, si bien, como explíca en este artículo, desde el año 2000 investiga la influencia de los rayos cósmicos para corroborar o rectificar las investigaciones de sus colegas daneses.
Fuente: Tendencias cientificas. El calentamiento global podría estar ocasionado por los rayos cósmicos (9 de Marzo de 2007). Recuperado el 20 de Mayo de 2010. Obtenido de http://www.tendencias21.net/El-calentamiento-global-podria-estar-ocasionado-por-los-rayos-cosmicos_a1432.html


CO2: EL ESCÁNDALO CIENTÍFICO
MÁS GRANDE DE NUESTRO TIEMPO
Por Zbigniew Jaworowski, M.D., Ph.D., D.Sc
Introducción
El 2 de febrero de 2007 el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) volvió a recitar su mantra catastrofista acerca del calentamiento global provocado por el hombre. Después de muy ruidosa propaganda, se presentó un “Resumen Para Políticos” de 21 páginas, del Cuarto Informe del IPCC 2007, en el marco de una grandiosa ceremonia en París, frente a una muchedumbre de políticos y periodistas, acompañado de un apagón de la Torre Eiffel para mostrar que la energía eléctrica es mala. El evento indujo un tsunami de histeria que recorrió al mundo. Este era, probablemente, el principal objetivo de este muy claro escrito político, preparado por burócratas de gobiernos y de las Naciones Unidas, y publicado más de tres meses antes de que el reporte científico de 1600 páginas del IPCC, que sería publicado en marzo.

En verdad, recién fue conocido en septiembre. Dijo el IPCC que esta demora era necesaria para hacer los ajustes del texto principal de manera que los “cambios… [puedan hacerse] para asegurar la consistencia con el 'Resumen para Políticos'" Ni una sola palabra en estas 1600 páginas puede estar en conflicto con lo que los burócratas políticos han dicho antes en el Resumen!

Esta es un método extraño e inusual de operación para un informe científico, y es todavía más extraña la franqueza del IPCC en sus palabras acerca de la demora en la publicación del informe final, dejando al descubierto su ausencia de integridad científica e independencia. Es exactamente el modus operandi demostrado en los tres informes anteriores del IPCC de 1990, 1995, y 2001: Primero la Política; la ciencia, después.

El estilo del IPCC fue criticado acerbamente hace alguno años, en dos editoriales en la revista Nature (Anónimo 1994, Maddox 1991). En cada una de estas críticas, Nature usó al Comité Científico de la Naciones Unidas sobre Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) como un ejemplo ideal de la manera independiente y objetiva en que deben prepararse los informes científicos, en este caso un informe sobre los riesgos globales de todas las fuentes de radiación, incluyendo las armas nucleares y Chernobyl. Las evaluaciones del UNSCEAR presentados todos los años a la Asamblea General de la ONU son consideradas como la Biblia de la ciencia de la radiación ionizante. Sí, el UNSCEAR llena la descripción de Nature –pero a un precio. A causa de que con mucha frecuencia los informes del UNSCEAR difieren enormemente con la visión catastrófica del Programa Ambiental de la ONU (UNEP), o del reciente ex secretario general, Kofi Annan, ls burocracia de la ONU estrangulado las finanzas del UNSCEAR a una escala que ha causado casi una detención total de sus actividades (Jaworowski 2002)

Obviamente, este no es el caso del IPCC, que está atosigado con dinero y en total acuerdo con las polí-ticas de la ONU, que están dominadas por los verdes y el fanatismo misántropo. En los últimos seis años, el Presidente de los Estados Unidos dedicó casi $29.000 millones de dólares a la investigación del clima, liderando al mundo con su compromiso financiero sin paralelo (La Casa Blanca 2007). Esto significa $5.000 millones por año, más del doble de lo gastado en el Programa Apollo ($2.300 millones por año), que en 1969 puso al primer hombre en la Luna. Un efecto colateral de esta situación, y la politización del tema del clima, fue descrito por el meteorólogo Piers Corbyn en el Boletín de Weather Action, en diciem-bre 2000: “El problema que enfrentamos es que el establishment meteorológico y el lobby del calenta-miento global, que reciben enorme financiación, están hoy tan corrompidos por la largueza con es recompensado que los científicos del lobby han vendido su integridad.”

Surge entonces la pregunta: “Las decisiones que conciernen a esta enorme financiación de la investiga-ción del calentamiento ¿fueron producto de una preocupación genuina de que el clima está presunta-mente cambiando como resultado de las emisiones industriales de CO2?", o ¿Existen otras ideas ocultas detrás de este dinero, la actividad del IPCC, Kioto, y toda la grotesca propaganda a la que está hoy ex-puesto el mundo? Si esta preocupación es genuina, ¿por qué no hemos visto una tormenta de funciona-rios de la ONU exigiendo el reemplazo de todas las plantas generadoras de electricidad operadas con combustibles fósiles por centrales nucleares que tienen cero emisión de gases de invernadero, son am-bientalmente amigables, más económicas, y más seguras para los trabajadores de las plantas, y mucho más seguras para la población general que otras fuentes de energía (Jaworowski 2006).
Los autores y cómplices del fraude
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El co-presidente del Grupo de Trabajo I, en París, 2 de febero 2007, después de que el "Resumen para Políticos" fuese apro-bado por el grupo: Susan Solomon (centro), y DaheQin (dere-cha). A la izquierda está Martin Manning, cabeza de la Unidad de apoyo Técnico.
¿Por qué no vemos un esfuerzo a escala global para reemplazar al motor de combustión interna por uno de aire comprimido de polución cero? Una versión mejo-rada de tal motor, inventado en 1870 por Ludwik Mekarski, impulsó a los tranvías de Nantes durante 34 años después de 1979, transportando a millones de pasajeros. Locomotoras neumáticas estuvieron traba-jando en las minas de todo el mundo hasta fines de los años 30. Un auto neumático no es una ilusión sino algo bien real, ahora en construcción, que en su ver-sión francesa recorre 300 km antes de que su tanque de aire necesite ser rellenado, a un costo de $2 dóla-res cada 100 km. ¿Puede usted imaginar las conse-cuencias beneficiosas y estabilizantes para las polí-ticas globales y la economía, y para la higiene urbana de un reemplazo de esa clase, combinado con un cambio desde el petróleo, gas y carbón a la energía nuclear? Pero en el encuentro masivo realizado en noviembre 2006 en Nairobi por 6000 seguidores de Kioto (incluyendo al entones secretario general Kofi Annan, el presidente de Kenya y Suiza, y un cortejo de ministros de 180 países), los participantes fueron presionados para no mencionar a la energía nuclear.[1]
La preocupación por el cambio climático que se ve en las altas esferas no es genuino, y hay motivos ocultos por detrás de la histeria del calentamiento global. Aunque en este paper no hay espacio para discutir esos motivos en su totalidad, ellos pueden ser ilustrados por las siguientes citas (para referen-cias completas ver Jaworowski 1999).
  • Maurice Strong, que abandonó el colegio a los 14 años, estableció un esotérico cuartel general para el Movimiento New Age en el Valle San Luis, Colorado, y ayudó a producir el Informe Brundt-land de 1987, que encendió al actual movimiento Verde.

    Más tarde se convirtió en asesor senior de de Kofi Annan, el Secretario de la ONU, y presidió a la gigantesca “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo” en Río de Janeiro 1992 (40.000 participantes), conocida como la “Cumbre de Río 92.” Strong, que fue el responsa-ble de armar al Protocolo de Kioto con miles de burócratas, diplomáticos y políticos, declaró “Quizás debamos llegar hasta el punto en donde la única manera de salvar al mundo sea que la civilización industrial colapse.”
Strong elaboró la idea del desarrollo sustentable que, según dijo, puede implementarse mediante la deliberada “búsqueda del empobrecimiento … reducido consumo de los recursos … y el establecimiento de niveles de control de la mortalidad.”
  • Tomothy Wirth Subsecretario de Estado de los Estados Unidos para Asuntos Globales, secundó la declaración de Strong: “Tenemos que cabalgar el tema del calentamiento global. Aún si la teoría del calentamiento global esté equivocada, estaríamos haciendo lo correcto en términos de política económica y ambiental.”
  • Richard Benedick: un asistente del secretario de estado que encabezó divisiones políticas dentro del Departamento de Estado, declaró: “Debe implementarse un tratado sobre el calentamiento global aunque no exista la evidencia científica que respalde al [aumento del] efecto invernadero.”
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Las Cuatro Mentiras Básicas del IPCC
Pero volvamos otra vez al Informe 2007 del IPCC. Las cuatro declaraciones básicas en el “Informe para Políticos” son:
1. El dióxido de carbono, el gas de invernadero antrópico más importante, aumentó notoriamente como resultado de las actividades humanas, y su concentración atmosférica de 379 ppm en 2005 excedieron por mucho el rango natural de 180 a 300 ppm durante los últimos 650.000 años.
2. Desde 1750, las actividades humanas han calentado al clima.
3. El calor de la última mitad del siglo es inusual, es el más alto en por lo menos 1300 años, y 'muy probablemente' sea causado por el aumento de la concentración de los gases de invernadero antrópicos.
4. Se han hecho predicciones de que el calentamiento global continuará durante siglos, y entre 2000 y 2099 la temperatura promedio de la superficie aumentará entre 1,1ºC y 6,4ºC. Se han profetizado varias historias de terror de catástrofes globales que ocurrirán si las emisiones del CO2 producido por el hombre no son recortadas por drásticas decisiones políticas. Los obvios efectos benéficos del calentamiento global para el hombre y toda la biosfera son minimizados.
Excepto el CO2, todos estos puntos están galardonados con calificaciones como “probable”, “muy pro-bable”, “sumamente probable”, “con alta confianza”, y “sin equívocos”. De hecho, y todo lo contrario es verdad, estos 4 puntos son incorrectos.

La primera declaración del “Resumen para Políticos” sobre el aumento el CO2 causado por el hombre es la piedra basal de la teoría que el CO2 “es el gas de invernadero antrópico [trazas] más importante,” pero un factor del efecto invernadero es el agua presente de manera natural en la atmósfera, que con-tribuye con el 95% del efecto invernadero total. Este hecho básico no se menciona en absoluto en el “Resumen para Políticos.” Tampoco se menciona al hecho que el 97% del total de emisiones de CO2 a la atmósfera proviene de las emisiones naturales de tierra y océanos; los seres humanos añaden un mero 3 por ciento. Este 3 por ciento del CO2 añadido por el hombre es responsable de una insignifican-te fracción del efecto invernadero total, probablemente cercano al 0,12%. La propuesta para cambiar, o mejor dicho destruir, al sistema de generación de energía global a causa de esta insignificante contri-bución humana, frente a las enormes fluctuaciones de corto y largo plazo en el CO2 atmosférico, son totalmente irresponsables.

La Verdad Sobre las Muestras de Hielo

Como las muestras de hielo profundo de la Antártida y Groenlandia son consideradas como los cimientos de la hipótesis del calentamiento global antrópico, investiguemos el asunto por algunos momentos.

La suposición básica detrás de la glaciología del CO2 es una visión tácita de que las inclusiones de aire en el hielo son un sistema cerrado, que preserva de manera permanente la composición química e iso-tópica del gas, y por ende las inclusiones son una matriz adecuada para una reconstrucción confiable de las atmósferas preindustriales y antiguas.

Esta suposición está en conflicto con la muy amplia evidencia de numerosos estudios previos del CO2, indicando lo opuesto (ver revisión en Jaworowski et al. 1992b). Las determinaciones proxys del CO2 atmosférico en los análisis de las muestras de hielo, reportadas desde 1985, han mostrado general-mente ser más bajas que los niveles medidos recientemente en la atmósfera.

Pero, antes de 185, las muestras de hielo mostraban valores mucho más elevados que las actuales concentraciones atmosféricas (Jaworowski et al. 1992b). Estos valores proxy recientes de las muestras de hielo permanecieron siendo bajos durante todos los 650.000 años pasados (Siegenthaler et al. 2005) –aún durante la seis anteriores períodos cálidos interglaciales, cuando la temperatura global era hasta 5º C más alta que en nuestro actual interglacial!

Esto significa que, o los niveles del CO2 atmosféricos no tienen una influencia discernible sobre el clima (lo que es verdad), o que las reconstrucciones proxy de la composición química de la atmósfera antigua son falsas (lo que también es verdad, como se demuestra más adelante).

Jamás se ha demostrado experimentalmente que los registros de las muestras de hielo representan la composición atmosférica original. Otros proxys han demostrado que hace muchos millones de años atrás, los niveles de CO2 en la atmósfera alcanzaron, en varias ocasiones, 377 ppmv, 450 ppmv, y hasta 3.000 ppmv (Kurschner et al. 1996; Roeyer et al. 2001), y que durante los últimos 10.000 años estos niveles eran, como regla, más elevados que 300 ppmv, fluctuando hasta los 348 ppmv (Kurschner et al. 1996; Roeyr t al. 2001, Wagner et al. 1999 y 2002). Los resultados de estos últimos estudios demuestran que es falsa la afirmación de niveles estables de 270 a 280 ppmv del CO2 en el Holoceno hasta la llegada de la Revolución Industrial.

Los resultados de los citados estudios pre-1985 están fuertemente apoyados por las mediciones direc-tas del CO2 atmosférico realizadas en la atmósfera preindustrial y la del siglo 20 (ver más abajo). Hace unos 2000 millones de años los niveles atmosféricos del CO2 eran entre 100 y quizás hasta 1000 veces más elevados que los actuales. Según los actuales modelos climáticos, la Tierra debería haber sido de-masiado caliente para sostener la vida en ese tiempo (Ohmoto et al. 2004). Sin embargo, la evidencia geológica sugiere que no existía un “calentamiento desbocado” al estilo Venus. En vez de ello, la vida florecía en la tierra y los océanos, con niveles tan enormemente altos de de este “Gas de la vida”, del cual estamos hechos todas las criaturas vivientes (Godlewski 1873). Sin embargo, los Verdes llaman a este gas un “contaminante” peligroso.

Hay otras cuatro suposiciones arbitrarias detrás de la glaciología del CO2 que fueron usadas para apoyar a la primera suposición de más arriba:
1. En los hielos a una temperatura media anual de -24º C o menos no ocurre ninguna fase líquida (Berner et al. 1977; Friedli et al. 1986; Rayanud y Bartola 1985).
2. El atrapado de aire en el hielo es un proceso mecánico sin diferenciación de componentes de gas (Oeschger et al. 1985).
3. La composición original del aire en las inclusiones de aire es preservada de manera indefinida (Oeschger et al. 1985).
4. La edad de los gases en las burbujas de aire es mucho más joven que la edad del hielo en están atrapadas (Oeschger et al. 1985), variando la diferencia de edad entre varias décadas hasta varias decenas de miles de años.
Hace más de una década que se demostró que estas cuatro suposiciones son falsas; que las mues-tras de hielo no pueden verse como un sistema cerrado, y que las bajas concentraciones preindustria-les de CO2 y otros gases trazas de invernadero, son un artificio causado por más de 20 procesos físico-químicos operando in situ en la nieve y el hielo polar, y en las muestras de hielo. La perforación del hielo polar para la obtención de los cilindros muestras es un procedimiento brutal y contaminante, que perturba drásticamente a las muestras –Figura 1 y 2 (Jaworowoski 1994a, Jarowowski et al. 1990, Jaworowski et al. 1992a y 1992b)
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Fuente: A partir de Jaworowoski 1994a y Boutron et al. 1990
Figura 1: Alta Polución de Plomo y Zinc en las Muestras de Hielo de Vostok
Polución extremadamente elevada de los muestras de hielo de la base Antártica Vostok con plomo y zinc, que penetró el líquido de perforación en la partes más internas de las muestras, a través de fisuras horizontales en el hielo formadas como resultado de drásticos cambios en las presiones. Una polución similar ha sido reportada en otras muestras de hielo de Antártida y Groenlandia demos-trando que estas muestras no están cumpliendo con los absolutamente esen-ciales “criterios del sistema cerrado”, y en consecuencia no deberían ser empleados para la reconstrucción proxy de los niveles de gases invernadero en la atmósfera del pasado lejano.
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El autor (derecha) trabajando con columnas de intercambio de iones en una tienda laboratorio en el Glaciar Kahiltna, Alaska, 1977. Cortesía del autor.
Algunos de estos procesos, que causan todos frac-cionamiento de los componentes del aire, están re-lacionados con la solubilidad de los gases: en agua fría, el CO2 es 70 veces más soluble que el nitrógeno (N2) y más de 30 veces más soluble que el oxígeno (O2). El agua líquida está comúnmenete presente en la nieve polar y el hielo, aún a la temperatura eutéc-tica de –73ºC (ver revisión en Jaworowski et al. 1992b).

Por consiguiente, las conclusiones sobre niveles bajos de gases de invernadero preindustriales no se pueden considerar válidos, antes de que estudios experimen-tales excluyan la existencia de estos procesos de fraccionamiento. Tales estudios han sido propuestos por este autor (Jaworowski 1994a, Jaworowski et al. 1992b), pero durante años no fueron realizados.
En respuesta a las críticas de la confiabilidad de los registros de hielo, los glaciólogos del CO2 sólo pudieron declarar que los registros de hielo prueban que los cambios en los gases invernadero no son causados por procesos post-deposición, sino que reflejan de manera precisa los cambios atmosféricos (Raynaud et al. 1993).

Sólo muy recientemente, muchos años después de que el edificio cimentado en hielo del calentamiento antrópico hubiese llegado a estatura de rascacielos, los glaciólogos comenzaron a estudiar el fracciona-miento de los gases en la nieve y hielo (por ejemplo, Kilawee et al. 1998), y la estructura de la nieve polvo y la granular que podrían jugar un rol de primer orden en el cambio de los perfiles químicos e iso-tópico de los gases en las capas de hielo (Albert 2004; Leeman y Albert 2002; y Sveringhaus et al. 2001). Recientemente. Brook Hurd, un analista de gases de alta pureza confirmó las previas críticas a los estudios de muestras del CO2 en el hielo. Él notó que el efecto de difusión Knudsen, combinado con la difusión hacia el interior, está disminuyendo el contenido de CO2 de las muestras expuestas a drásti-cos cambios de presión (de hasta 320 bar –más de 300 veces la presión atmosférica normal) y que minimiza las variaciones y reducen los máximos (Hurd, 2006).
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Fuente: de Jaworowski et al. 1992b y Boutron et al. 1987
Figura 2: Cambios en las concentraciones de CO2 en las muestras
de Vostok similares a cambios de polución extrema
Los cambios en las concentraciones a lo largo de los cilindros de muestra en los hielos, son similares a los cambios de polución extrema en las muestras con plomo, y a los cambios de varios factores que influyen sobre la composición química del contenido de gas de la muestra: expansión del volumen del cilindro de hielo, tamaño de los cristales de hielo, presión de los gases de inclusión, desaparición de las burbujas de aire con el aumento de la presión resultado de la formación de clatratos de gases, formación de cavidades secundarias de gas como resultado de la disociación de los clatratos a presiones menores.
Esto es ilustrado por la comparación para el mismo período de tiempo, unos 700 a 8000 años antes que ahora, entre dos tipos de estimaciones proxy del CO2. La información de los registros de hielo de Taylor Dome, Antártida, que son usados para reconstruir el registro histórico oficial del IPCC, muestra un ran-go de tiempo y una tendencia casi completamente plana, de 260 a 264 ppm (Indermuhle et al. 1999). Por otro lado, los índices de las estomas fósiles [2] muestran que las concentraciones de CO2 varían ampliamente en más de 50 ppmv, entre 270 y 326 ppmv (Wagner et al. 2002). Esta diferencia sugiere fuertemente que las muestras de hielo no son una matriz adecuada para la reconstrucción de la com-posición química de la atmósfera antigua.

La información de las muestras de hielo son artificios causados por procesos en las capas de hielo y en la muestras del mismo, y tienen valores de concentración de 30 al 50% más bajos que la atmósfera original. El hielo es una matriz impropia para tales estudios químicos, y hasta los más modernos métodos analíticos o pueden ser de ayuda cuando la matriz y las muestran están equivocadas.

Antes de que se comenzara a hacer la diferenciación de gases, se habían publicado durante las pasa-das décadas una plétora de estudios glaciológicos sobre tendencias temporales de gases de inverna-dero, apuntando a demostrar que:
1. Estos gases eran responsables de los cambios climáticos, y
2. que su nivel en la atmósfera había aumentado por la actividad humana.
Estos estudios están afectados de una interpretación unilateral y de manipulación de datos, con un rechazo arbitrario de las lecturas altas de gases de invernadero de la era preindustrial, y las bajas lecturas de las muestras del hielo contemporáneo (Jaworowski 1994a, Jaworowski et al. 1992b).

Si la información del CO2 en las muestras de hielo y su interpretación son correctas, entonces ellas deberían ser tratadas como evidencia de que durante los pasados 650.000 años el CO2 no ha tenido un discernible efecto sobre la temperatura global. Esto por dos razones: primero, el aumento de la tempe-ratura aparece antes que el reclamado aumento del CO2; y segundo, hay niveles proxy de CO2 monó-tonamente bajos en las muestras de hielo durante los períodos de clima cálido, tanto en tiempos anti-guos como modernos.

En las muestras de hielo, la señas de la temperatura determinada isotópicamente, y la señal de las concentraciones aéreas de CO2 están desfasadas por cientos a varios miles de años (Jaworowski et al. 1992b), con el aumento de temperatura ocurriendo primero, seguido por el aumento del CO2, y no al revés como se quiere hacer creer ahora (Caillon et al. 2003; Fischer et al. 1999: Idso 1988; Indemuhle et al. 2000; Monnin et al. 2001, y Mudelsee 2001). Esto sugiere que el aumento de la temperatura es el factor causante del aumento posterior del CO2, probablemente a través de mayor erosión de la tierra y la exhalación de CO2 de los océanos más calientes.

Hemos observado esto en los tiempos modernos. La solubilidad del CO2 en agua cálida es menor que en el agua fría. Cuando el clima se calienta, menos CO2 es retenido en los primeros 3000 metros de los océanos, y es expulsado hacia la atmósfera, donde el contenido de CO2 es 50 veces inferior al de los océanos. Esta es la razón por la que entre 1880 y 1940, cuando la temperatura media global se elevó en unos 0,5º C, las mediciones directas en la atmósfera registraron un gran aumento del CO2, desde unas 290 ppmv en 1889 hasta 440 ppmv en 1940 –unas 60 ppmv más que ahora (Beck 2007). En este período las emisiones humanas de CO2 aumentaron apenas en un factor de 5. Entonces, entre 1949 y 1970, la temperatura global disminuyó en unos 0,3º C, y el nivel de CO2 atmosférico descendió a unas 330 ppmv (Boden et al. 1990).

Ahora que las emisiones humanas de CO2 son 30 veces más altas que en 1880 (Marland et al. 2006), el nivel del CO2 atmosférico a los registrados antes del evento cálido de los años 40. Las concentraciones de CO2 en las inclusiones gaseosas del hielo, que se asumen como preindustriales o más antiguas, son siempre 100 ppmv por debajo del nivel actual (Indermuhle et al. 1999, Rearman et al. 1986, Petit et al. 1999; ver también la revisión en Jaworowski et al. 1992b), Y sin embargo, durante los últimos 420.000 años el clima fue a menudo mucho más cálido que en el presente (Andersen et al. 2004, Chumakov 2004, Ruddiman 1985, Shackleton y Opdyke 1973, Zubakov y Borzenkova 1990, y Robin 1985). Aún hasta 120.000 años atrás, cuando al temperatura media global de superficie era hasta 5º C más alta que hoy (Andersen et al. 2004,), el nivel de CO2 en la atmósfera derivada de información de glaciares, era de sólo 240 ppmv (Petit et al. 1999) –es decir, por debajo del actual nivel en unas 130 ppmv.

Más recientemente, durante el Holoceno (8000 a 10.000 años antes que hoy) cuando las temperaturas del Ártico eran 5º C más altas que hoy (Brinner et al. 2006), las muestras de hielo denotan un nivel de CO2 de unas 260 ppmv. (IPCC 2007).

Las Curvas del Palo de Hockey

Basadas en suposiciones sobre otras suposiciones, se hicieron varias versiones de “curvas Palo de Ho-ckey” del CO2, combinando la distorsionada información proxy del hielo y las recientes mediciones del CO2 atmosférico. Los autores de esos estudios afirmaban que sus curvas representaban los niveles del CO2 en el aire durante los últimos 300 años (Neftel et al. 1985, Rearman et al. 1986, Siegenthaler y Oeschger 1987), o durante los pasados 10.000 años (en el 'Resumen para Políticos'), Figura 3, o aún durante los pasados 400.000 años (Wolf 2003). Todos ellos muestran concentraciones preindustriales de CO2 variando entre 180 y 280 ppmv durante los pasados 400.000 años y remontándose hasta las 370 ppmv hacia el final del Siglo 20. Estas llamada “curvas palo de hockey” fueron publicadas innume-rables veces como prueba del aumento antrópico del CO2 en la atmósfera. Todas ellas fueron creadas de manera ilegítima mezclando la falsa información proxy del hielo con las mediciones directas en la atmósfera.
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Figura 3: Las Curvas "Palo de Hockey" del CO2
Una representación falsa de las tendencias de las concentraciones atmosféricas del CO2 durante los últimos 10.000 años. Los valores anteriores a 1958 no representan las concentraciones atmosféricas reales sino los artificios causados por la dsimunción del CO2 en el hielo y por el cambio arbitrario de la edad de las muestras.
Sin embargo, la peor de las manipulaciones rea-lizadas fue el cambio arbitrario de la edad del gas atrapado en la parte superior del cilindro de hielo de la muestra, donde los cambios de la presión eran menos drásticos que en las partes más profundas. En esta parte de la muestra tomada de Siple, Antártida, el hielo fue depositado en 1890, y la concentración de CO2 en él era de 328 ppm (Friedli ert al. 1986, Neftel et al. 1985), y no las 290 ppmv necesarias para probar la hipótesis de aumento causado por el hombre. La misma concentración de CO2 de 328 ppmv fue medida en el aire recogido directamente de la atmósfera en el volcán Mauna Loa, Hawai, 83 años más tarde en 1973 (Boden te al. 1990). De modo que era chocantemente claro que el nivel preindustrial de CO2 era el mismo que durante la segunda mitad del siglo 20!

Para resolver este “problema”, estos investigado-res simplemente hicieron una suposición ad hoc: La edad del gas recuperada de 1 a 10 gramos de hielo fue decretada de manera arbitraria ser exactamente 83 años más joven que el aire en el que estaba atrapado! Esto no estaba apoyado por ninguna evidencia experimental, por supues-to, sino que era una simple suposición que iba en contra de todo los hechos (Jaworowski 1994a, Jaworowski et al. 1992b). La información del proxy de hielo “corregido” fue entonces finamen-te alineada con las mediciones directas de la at-mósfera en Manua Loa (Figuras 4a y 4b)
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Figura 4a y 4b: LA MADRE DE TODAS LAS CURVAS HOCKEY
Concentraciones de CO2 en burbujas de aire del hielo preindustrial de Siple, Antártida (cuadrados blan-cos) y en la atmósfera de 1958-1986 del Monte Mauna Loa, Hawai (línea sólida). En (a), la información original de Siple está dada sin asumir un aire 83 años más joven que el hielo que lo aprisiona. En (b), la misma información se muestra después de una corrección arbitraria de la edad del aire.
Fuente: Adaptado de Friedli et al. 1986 y Neftel et al 1985.
De tal manera, las curvas 'palo de hockey' de CO2 falsificadas fueron presentadas en los informes del IPCC, incluyendo la Figura 3 en el Resumen para Políticos en 2007. Estos palos de hockey fueron inge-nuamente aceptados por casi todo el mundo, junto con otra información de gases de invernadero determinada en los cilindros de hielo, que estaban plagados de manipulación impropia de los datos, una arbitraria eliminación y rechazo de las medidas altas en los hielos antiguos, y un rechazo arbitrario de las mediciones de niveles bajos de CO2 en el hielo joven, simplemente porque no se ajustaban con la idea preconcebida de un calentamiento global causado por el hombre. Este es un hábito que se ha vuelto demasiado común en los estudios sobre gases de invernadero y otros estudios ambientales (Jaworowski 1994a, Jaworowski 1994b, y Jaworowski et al. 1992b).

Mediciones Directas del CO2 en la atmósfera

Nos encontramos así en la situación de que la entera teoría del calentamiento global provocado por el hombre –con sus repercusiones en la ciencia, y sus importantes consecuencias para la política y la economía global- está basada en estudios de las muestras de hielo que proporcionan una imagen falsa de los niveles del CO2 atmosférico.BRMientras tanto, se rechazaban de manera arbitraria a más de 90.000 mediciones del CO2 en la atmós-fera, realizadas en Estados Unidos, Asia y Europa entre 1812 y 1961, con excelentes métodos químicos (precisión superior al 3%).

Estas mediciones habían sido publicadas en 175 estudios técnicos. Durante las tres últimas décadas, estas bien conocidas mediciones directas del CO2, recientemente compiladas y analizadas por Ernst-Georg Beck(Beck 2006a, Beck 2006b, Beck 2007), fueron totalmente ignoradas por los climatólogos –y no porque estuviesen erradas. Por cierto, estas mediciones fueron hechas por científicos de mucho renombre, incluyendo a dos ganadores del Premio Nobel, usando técnicas que son procedimientos estándar de libros de texto de química. Bioquímica, botánica, higiene, medicina, nutri-ción, y ecología. La única razón para el rechazo fue que estas mediciones no se ajustaban a la orto-doxia de la hipótesis del cambio climático causado por el hombre. Yo considero que este es el escándalo científico más grande de nuestro tiempo.
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Figura 5: PRIMERA RECONSTRUCCIÓN DE TENDENCIAS EN NIVELES
DE CO2 ATMOSFÉRICO BASADAS EN MEDICIONES REALES
Esta primera reconstrucción de tendencias de CO2 en el Hemisferio Norte está basada en más de 90.000 mediciones químicas directas de la atmósfera de 43 estaciones entre 1912 y 2004. La línea inferior son los valores obtenidos por los artificios de los hielos de la Antártida. Los rombos en la línea inferior (después de 1958) son las mediciones por infrarrojo del CO2 en el aire en Mauna Loa, Hawai.
Fuente: Adaptado de Beck 2007
De entre todo este tesoro de excelente información (en un rango de hasta 550 ppmv de niveles medi-dos de CO2), los fundadores de la hipótesis de calentamiento global antrópico (Callendar 1949, Callen-dar 1958, y From y Keeling 1986) seleccionar solamente una minúscula fracción de los datos y los manipularon para elegir las concentraciones bajas y rechazar los valores altos –todo parra instalar un promedio preindustrial falsamente bajo de los niveles de CO2 de 280 ppmv como la base para todas las futuras especulaciones climáticas.
Esta manipulación ha sido discutida muchas veces desde los años 50 (Fonselius et al. 1956, Jaworowski et al. 1992b, y Slocum 1955), y más recientemente con mayor profundidad y detalle por Beck 2007.
Los resultados del monumental estudio de Ernst-Georg Beck de un inmenso conjunto de de mediciones directas del CO2 atmosférico del siglo 19 y el 20, suavizados como promedios de cinco años, se pre-sentan en la figura 5.
[NOTA de FAEC: el estudio de Ernst Beck 2007 fue traducido al español por Eduardo Ferreyra, con gráficos también traducidos, y está disponible en este mismo sitio en: 180 Años de Análisis del CO2 Atmosférico por Medio de Métodos Químicos: Prof. Dr. Ernst-Georg Beck - "Se resumen más de 90.000 precisos análisis químicos del CO2 en la atmósfera desde 1812. La información química histórica revela que los cambios en el CO2 son conse-cuencia de los cambios en la temperatura. Desde 1812, la concentración del CO2 atmosférico en el Hemisferio Norte ha fluctuado exhibiendo tres altos niveles de máxima alrededor de 1825, 1857 y 1942, este último con valores su-periores a las 400 ppm."- Este estudio del Dr. Beck, publicado recientemente en el journal Energy & Environment, demuestra que los valores del CO2 atmosférico durante el Siglo 19 fueron superiores a las 450 partes por millón, derrumbando al argumento de que los niveles atmosféricos en la era preindustrial eran de 270 ppm. (30-abril-2007)
Las mediciones muestran que el mensaje político más importante del IPCC en 2007 está errado: No es verdad que el nivel del CO2 atmosférico durante la era preindustrial fue un 25% más bajo de lo que e ahora, y no es verdad que las emisiones de CO2 antrópico hayan causado lo que actualmente es nuestro benéfico clima cálido de hoy.
Las mediciones directas de la atmósfera indican que entre 1812 y 1961, las concentraciones de CO2 fluctuaron en unas 150 ppmv, hasta valores muchos más elevados que los de hoy. Con la excepción del año 1885, los valores de estas mediciones directas fueron siempre más altas que los valores de las muestras de hielo, que carecen de toda variación. Durante los 149 años desde 1812 hasta 1961, hubo tres períodos cuando la concentración de CO2 fue mucho más alta de lo que fue en 2004, 379 ppmv (IPCC 2007).
Alrededor del año 1829 era de 440 ppmv; hacia 1850 eran de 390 ppmv; y hacia 1949 eran de 440 ppmv. La información compilada por Beck (Beck 2007) sugiere también que los cambios del CO2 atmos-férico son consecuencia, en lugar de causa, de los cambios de temperatura. La temperatura en todos los casos precedió a los cambios en los niveles de CO2. Estos descubrimientos invalidad de manera total y absoluta la hipótesis del calentamiento global inducido por el hombre.
Notas
1. Comunicación privada del Prof. Maciel Sadowski, Diciembre 7, 2006.
2. La superficie de las hojas tienen estomas, o pequeños poros, que permiten ingresar al dióxido de carbono y escapar al oxígeno durante el proceso de la fotosíntesis.
2a Parte: Un Calentamiento Antrópico Que No Es
El segundo mensaje más importante del IPCC y su "Resumen para Políticos" de 2007 es que "La mayor parte del aumento observado en la temperatura media global desde mediados del Siglo 20 es muy probablemente debida al observado incremento en las concentraciones de gases de invernadero antrópicos." Sin embargo, ni el Resumen para Políticos ni ninguno de los tres informes anteriores del IPCC apoyan esta declaración con ninguna evidencia convincente.

La infame curva del Palo de Hockey, el símbolo líder del informe del IPCC en 2001, fue creado para mostrar que la temperatura media global en los años 90 era inusual y la más alta en los últimos 1000 años. El Período Cálido Medieval (los años entre 950 y 1300), bien documentado en los anteriores informes del IPCC habían desaparecido en esta curva del palo de hockey, como también lo hizo el Período Cálido Romano (200 AC al 600 DC), el Período Cálido Holoceno (8000 a 5000 años antes que hoy), y el profundo enfriamiento de la Pequeña Edad de Hielo (los años entre 1350 y 1850).
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Figura 6: VARIACIONES EN LA TEMPERATURA GLOBAL
EN LOS ÚLTIMOS 10.000 AÑOS
La línea de puntos representa las temperaturas cercanas al comienzo del Siglo 20. En sus informes 2001 y 2007, el IPCC ha ignorado las partes más tempranas de esta curva, pre-sentando solamente el calentamiento moderno.
Fuente: IPCC 1990.
La fraudulencia de esta curva del palo de hockey fue documentada por Legates 2000, Legates 2003, McIntyre y McKitrick 2003, Soon 2003, Soon y Baliunas 2003, y Soon et al. 2003. Pero las críticas del Palo de Hockey del IPCC pareció ser un campo minado: los seis editores del journal Climate Research que osaron publicar el paper de Soon y Baliunas 2003 fueron despedidos por el dueño de la revista. En el "Resumen para Políticos" del IPCC 2007, el IPCC truncó su palo de hockey original de 1000 años de extensión por un factor de 10, comenzándola en 1850, exactamente al momento en que el clima de la Tierra había comenzado a recuperarse de las fuerzas naturales de la Pequeña Edad de Hielo, cuando las emisiones del CO2 habían sido 135 más bajas de lo que lo son ahora (Marland et al. 2006).
Esta recuperación de la Pequeña Edad de Hielo es interpretada por el IPCC como una calamidad provo-cada por el hombre; el IPCC considera a los últimos 50 años como los más calientes en los últimos 1300 años a causa de la quema de combustibles fósiles. Esta línea de pensamiento monotemático no tome en cuenta la evidencia astronómica que estos últimos 50 años tuvieron la actividad solar más alta en los últimos varios miles de años. N ha existido una actividad solar igualmente activa desde por lo menos 8000 años atrás (Figura 7) y el Sol ha sido la causa dominante del fuerte calentamiento durante las últimas tres décadas (Solanki et al. 2004).
Cosmoclimatología: Rayos Cósmicos y el Sol Gobiernan al Clima
En los últimos 15 años hemos tenido un rápido avance en un nuevo campo científico: la cosmoclima-tología. Comenzó con un estudio seminal de Friis-Christensen y Lasen en 1991, donde documentaron una estrecha relación entre la actividad solar y la temperatura de superficie de la Tierra. (Este desarro-llo fue revisado por Svensmark en 2007). Estudios posteriores han demostrado que el principal mecanis-mo por los que los factores cósmicos regulan nuestro tiempo son la penetración de los rayos cósmicos en la atmósfera terrestre. Su flujo está determinado por las fluctuaciones de los campos magnéticos del Sol y por la migración del Sistema Solar a través de los variables ambientes de la Vía Láctea, con diferentes concentraciones de polvo cósmico y novas.
Las variaciones del flujo de rayos cósmicos son de un orden de magnitud más grande que las causadas por el Sol. Los rayos cósmicos gobiernan al clima produciendo ionización de las moléculas de aire al ritmo requerido para tener un mensurable impacto sobre el clima. La ionización ayuda a crear núcleos de condensación en la troposfera, necesarios para la formación de las nubes. Durante la baja actividad solar (o en algunas partes de la Vía Láctea), mayor cantidad de rayos cósmicos ingresan a la atmósfera y se forman más nubes. Que actúan como sombrillas para proteger a la Tierra contra la radiación caló-rica del Sol. Luego, el aumento de la nubosidad da lugar a un aumento de las lluvias que tienen un efecto enfriador de la superficie y de la atmósfera.
Recientemente se ha suministrado evidencia experimental para un mecanismo por el cual los rayos cós-micos pueden afectar la cobertura nubosa (Svensmark 2007). Esta cobertura ejerce un fuerte efecto enfriador, que ofrece un mecanismo para el cambio climático gobernado por el Sol que es mucho más poderoso que la pequeña variación del 0,1% en la irradiación solar.

De acuerdo con Khilyuk y Chilingar (2006), la emisión antrópica de CO2 a través de la historia humana constituye menos del 0,00022% del total de CO2 de-gaseado naturalmente del manto de la Tierra durante la historia geológica del planeta. La emisión del CO2 antrópico es despreciable en cualquiera de los procesos de transformación materia-energía que cambian al clima de la tierra.
Las fuerzas de la naturaleza que están gobernando al clima (irradiación solar, fluctuando junto a la actividad solar y a las desviaciones orbitales, de-gaseado de CO2 de los océanos, y actividades micro-bianas) son de 4 a 5 órdenes de magnitud más grandes que los correspondientes impactos humanos sobre el clima de la Tierra (como calefacción y emisión de gases de invernadero), aún sin tener en cuenta las influencias de los rayos cósmicos.

Los seres humanos pueden ser responsables de menos de 0,01ºC de calentamiento durante el siglo pa-sado; la hipótesis de que el actual observado "Calentamiento Moderno" es el resultado del CO2 humano, y de otros gases de invernadero es un enorme mito.

Los factores cosmoclimáticos toman cuenta de las fluctuaciones climáticas en escalas de tiempo deca-dales, centenales y milenarias. Durante la Pequeña Edad de Hielo (1350-1850) el excepcionalmente débil campo magnético del Sol, reflejado por una cantidad de manchas de sol extremadamente baja durante el Mínimo Maunder (1645 a 1715), coincidió con esta fase sumamente fría de la historia. Otro mínimo de manchas de sol, el Mínimo Dalton de fines del siglo 18 y comienzos del 19, está asociado con otra fase fría de la historia.
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Fuente: Datos de manchas solares de Solanki et al. 2004.
Figura 7: ACTIVIDAD SOLAR REPRESENTADA POR EL NÚMERO
DE MANCHAS DE SOL EN LOS PASADOS 10.000 AÑOS
La actividad solar representada por las manchas de sol reconstruidas de los datos de carbono-14 para los 11.000 años antes del presente, y de las obser-vaciones por telescopio desde 1610. Este nivel de actividad solar durante los pasados 70 años es excepcionalmente alto. La previa alta actividad ocurrió hace más de 8000 años.
Las fluctuaciones de la actividad solar están seguidas de flujo de rayos cósmicos, cuya fracción de energía mas baja es actualmente 40% más baja que en 1990. Hay una similitud general entre el número de manchas de sol y la fluctuación de las temperaturas: Ambas muestran una lenta tendencia declinan-te justo antes de 1900, seguido de una agudo aumento que no tiene precedentes en el último milenio. Ver, por ejemplo, Usoskin et al. 2003.

Por otra parte, los períodos Cálido Medieval y Cálido Moderno mostraron excelentes coincidencias con las bajas intensidades de rayos cósmicos, gobernados por los ciclos solares. Durante los últimos 10.000 a 6.000 años, los eventos de temperatura se correspondieron bien con las perturbaciones solares, sugi-riendo que la fuerza gobernante de las fluctuaciones de temperaturas del Holoceno fueron causadas por la actividad solar, y en relación con esto, por el flujo de rayos cósmicos (Bashkirtsev y Macich 2003, Dergachev y Rasporov 2000; Friis-Christensen y Lassen 1991, Marsh y Svensmark 2000, Svens-mark y Friis-Christensen 1997, Xu et al. 2005, Xu et al. 2006, Bago y Butler 2000, y Soon et al. 2000) más que por cambios en los niveles de CO2, que vienen retrasados en relación a los cambios de temperatura y parecen ser un efecto, no la causa de las variaciones de temperatura.
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fuente: Friis-Christensen y Lassen 1991.
Figura 8: TEMPERATURA PROMEDIO DEL HEMISFERIO NORTE
La temperatura promedio del Hemisferio Norte (línea gris) sigue casi exactamente a la actividad solar reflejada por el largo del ciclo solar de manchas de sol (línea negra).
Durante los últimos 750.000 años, la tasa de cambio del volumen global de hielo estuvo fluctuando en exacta concordancia con la insolación veraniega en las latas latitudes boreales, de acuerdo con la teo-ría de Milankovitch (Roe 2006). En este estudio también se haló que las variaciones en el derretimiento preceden a las variaciones en el CO2 atmosférico, sugiriendo que las variaciones del CO2 tienen un rol bastante débil en el control de los cambios en el volumen del helo, comparado con la influencia del Sol.

A lo largo de intervalos más largos, el cambiante ambiente galáctico del Sistema Solar tuvo dramáticas consecuencias en el pasado, incluyendo episodios de "Tierra Bola de Nieve" (2300 millones y 7000 millo-nes de años atrás), cuando toda la tierra estuvo congelada. El clima fluctuó regularmente a lo largo de los pasados 3000 millones de años de la historia de la Tierra, evolucionando gradualmente en dirección al enfriamiento y el incremento de la frecuencia, duración y escala de las glaciaciones (Chumakov 2004). Los cambios climáticos periódicos, reconocibles por métodos geológicos, pueden dividirse en 5 categorías de fluctuaciones:
1. Super largas (aprox. 150 millones de años);
2. Largas (de pocos a 15 millones de años):<&li>
3. Medias (de 1 a 10 millones de años):
4. Cortas (pocas decenas a cientos de miles de años);
5. Ultra cortas (milenarias, centenales y más cortas).
Durante la era Fanerozoica (los pasados 545 millones de años) la Tierra pasó a través de cuatro ciclos super largos, probablemente relacionados con los cambios en el flujo de los rayos cósmicos causados por el pasaje del Sistema Solar a través de varios ambientes de los brazos en espiral de la Vía Láctea (Shaviv y Veizer 2003).

Las fluctuaciones de la temperatura durante el Fanerozoico variaron de acuerdo con el flujo de rayos cósmicos, pero no revelaron relación alguna con el CO2 de la atmósfera. Ocurrieron dos largas y exten-sas glaciaciones en este período, en tiempos de mínimos niveles de CO2, alrededor de unos 300 millones de años atrás, y fueron interpretados como una indicación que el efecto invernadero del CO2 era el principal control del clima a lo largo del tiempo geológico (Berner 1998).

Sin embargo, también existieron dos veces largas y extensas glaciaciones entre 353 y 444 millones de años atrás, cuando el nivel de CO2 en la atmósfera era de entre 7 y 17 veces más elevados que hoy (Chumakov 2004). Los estudios paleográficos proveyeron datos proxy sobre los gradientes climáticos globales en el Fanerozoico (Berner 1997), que no muestran relación con las concentraciones de CO2 en la atmósfera estimadas por Boucot et al. en 2004

Asignando un control principal de largo plazo del clima a las concentraciones trazas de un único agen-te, el gas CO2 (que actualmente contribuye con alrededor del 2 - 3,5% al efecto invernadero total (Lindzen 1991), y despreciando a la contribución del 96,5 - 98% del vapor de agua, y la contribución de otros factores listados más abajo) está en conflicto con la información cosmológica. Las fluctua-ciones de la temperatura en cinco regiones de la Antártida, reconstruidas a partir de los registros de isótopos estables en las muestras de hielo entre 1800 y 1999, son similares a las fluctuaciones de CO2 medidas directamente en la atmósfera desde 1812.
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Figura 9: TEMPERATURA MEDIA DE SUPERFICIE EN ANTÁRTIDA
Fuente: Línea superior, de Schneider et al. 2006; línea inferior de BEck 2007 y NOAA 2006.
La línea superior representa la temperatura media de superficie en cinco ubica-ciones de la Antártida entre 1800 y 1999, reconstruidas mediante mediciones de isótopos estables en el hielo. La línea inferior representa a las mediciones directas del CO2 en la atmósfera en el Hemisferio Norte. La línea de rayas es la información de Mauna Loa, Hawai.
De acuerdo al IPCC, el aumento más grande de la temperatura causado por la emisión de gases inver-nadero antrópicos, debería ocurrir en la Antártida y en el Ártico. Estas predicciones no se ajustan a la información de la Figura 9 que, según Schneider et al. 2006, son también representativas de todo el Hemisferio Sur. En la Antártida, la temperatura en los años 90 fue más baja que durante muchas déca-das en las dos últimas centurias, y mucho más baja que la media para 1961-1990, representada por la linea de cero.
En la parte norte de la Tierra, las mediciones directas de la temperatura en los sitios de perforación en Summit y Dye, Groenlandia, (Figura 10) demostraron que durante los últimos 8000 años las temperatura en el Ártico fluctuó de manera similar a las temperaturas globales reconstruidas por proxys que abarcan casi 2500 años en la Península Taimar, en Rusia (en dirección al Polo 70ºN) revelaron también a los ca-lentamientos del Holoceno, Medieval, y Moderno, con los dos primeros más cálidos que el del Siglo 20, donde el pico de la temperatura apareció alrededor de 1940 (Naurzabayev 2002).
Las mediciones con instrumentos de la temperatura del aire de superficie en el Ártico comenzaron en 1874 en Groenlandia, seguido de estaciones en Spitsbergen, Canadá y Rusia. Desde entonces hasta alrededor de 2000, la temperatura más alta registrada en 37 estaciones árticas y 6 estaciones sub-árticas se observó en la década de 1930, y fue de entre 2 y 5ºC más alta que las registradas antes de los años 20. Aún en la década de 1950 las temperaturas árticas fueron más altas que durante los años 90. En Groenlandia, el nivel de la temperatura en los años 80 y 90 era similar a la observada el Siglo 19 (Przybylak 2000).
Otros registros instrumentales que cubren los últimos 100 años demuestran fluctuaciones de la tempe-ratura en el Ártico. Según Chylek et al. (2004), las mediciones instrumentales de temperatura en Gro-enlandia muestran que las temperaturas más altas ocurrieron durante la década de 1920, cuando en menos de 10 años aumentó entre 2 y 4º C y en algunas estaciones hasta 6º C. En ese tiempo, las emisiones humanas de CO2 eran nueve veces más bajas que ahora (Marland 2006).
Desde 1940, sin embargo, la información costera de Groenlandia ha ido predominantemente enfriándose. En la parte más alta de la capa de hielo de Groenlandia la temperatura media de verano a disminuido a un ritmo de 2,2º C por década, desde el comienzo de las mediciones en 1987. Resultados similares son informados de las mediciones de temperatura del Ártico realizadas entre 1875 y 2000 (Polyakov et al. 2003). Estas evidencias comprobadas van en contra de todas las predicciones de los modelos del clima.
La disparidad entre las tendencias de temperaturas troposféricas y de superficie medidas por los globos sonda y los satélites, y las predicciones de los modelos del invernadero, fue discutida recientemente por S. Fred Singer en una carta rechazada por la revista Nature, y publicada el 13 de feberero de 2007 en http://blogs.nature.com/news/blog/2007/02/climate report.html. Como lo declara Singer, "Los mode-los del invernadero indican que los trópicos proveen la ubicación más sensible para su validación: las tendencias allí deberían aumentar fuertemente con la altura, haciendo pico en alrededor de los 10 kiló-metros. Las observaciones reales, sin embargo, muestran lo opuesto: planas, o hasta una tendencia troposférica en disminución." Esta comparación de los modelos con los globos sonda y los satélites contradice a la conclusión más importante del IPCC que el actual calentamiento "muy probablemente" es el resultado de las actividades humanas.
El Espectro de las Inundaciones
El efecto más adverso de las predicciones del calentamiento climático es el derretimiento de las capas de hielo que, según se declama, causará catastróficas inundaciones en vastas áreas. Entre una canti-dad de recientes 'papers' presentando evidencia en contra de estas lúgubres profecías, sólo referiré el 'paper' de mi amigo H. Jay Zwally, del Centro de Vuelo Espacila Goddard de la NASA, que durante dos décadas ha usado las técnicas de los satélites para medir la masa de las capas de hielo polares. En su 'paper' (Zwally et al. 2005), él presenta el estudio de los cambios en la masa de hielo derivados de datos satelitales realizados durante 10.5 años en Groenlandia y 9 años en la Antártida, usando infor-mación de altimetría por radar.
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Figura 10: TEMPERATURAS DIRECTAS EN LAS PERFORACIONES DE GROENLANDIA DURANTE LOS ÚLTIMOS 10.000 AÑOS
Fuente: Dahl-Jensen et al. 1998
Estas son mediciones de temperaturas directas medidas en una perforación en la capa de hielo de Groenlandia, durante los últimos 8000 años. El hielo es muy mal conductor del calor, y su temperatura original es retenida durante miles de años. Son visibles el calentamiento del Holoceno (3.500-7.000 años atrás), y en nuestra época el calentamiento Medieval (900-1100), y la Pequeña Edad de Hielo (1350-1850). La temperatura de hace 1000 atrás era por lo menos 1ºC más alta que la actual.
Zwally et al. muestran que la capa de hielo de Groenlandia se está adelgazando en sus bordes (-42 Gt por año) y está creciendo tierra adentro (+53 Gt por años).
Esto corresponde a una disminución del nivel del mar de -0.03 mm anuales. En la Antártida Occidental, la capa de hielo está perdiendo masa (-47 Gt/año) y la Antártida Oriental está ganando masa a razón de +16 Gt/año). El cambio neto combinado de -31 Gt/año corres-ponde a +0,08 mm de aumento del nivel del mar. Por ello, informan ellos, "la contribución de las tres capas de hielo al nivel del mar es de 0,05 mm/año" –en palabras claras: 5 cen-tésimas de milímetro por año. El espesor de un cabello.
Durante el período estudiado, la Barrera de Hielo Occidental de la Antártida cambió su masa en -95 Gt por año, y la Oriental cambió en +142 Gt/año (en conjunto su masa se incremen-tó en 47 Gt por año.) La contribución de 0,05 mm anuales del hielo polar a los niveles de los océanos es pequeña, en comparación con el real aumento observado por la altimetría de los satélites de 2,8 mm anuales. La contribución de las capas de hielo tomaría 1000 años para elevar el nivel global de los mares en apenas 5 centímetros, y llevaría unos 20.000 años para elevar al nivel hasta 1 metro.
La gente está frustrada por la perspectiva de inundar las islas del Pacífico y del Índico con nuestra pecaminosa actividad. Un buen ejemplo de la futilidad de tales temores es el boni-to archipiélago de las Maldivas en el Océano Índico central, que consiste de unas 1200 islas individuales, agrupadas en unos 20 atolones mayores. Ellas se elevan desde una pro-fundidad de unos 2500 metros, y consisten de arrecifes coralinos, restos de arrecifes, y arena de coral. Su elevación es apenas de 1 a 2 metros sobre el nivel del mar. Por ello, han sido condenadas a la desaparición en el mar en el futuro próximo (IPCC 2001).
Múltiples investigaciones geomorfológicas y sedimentológicas, y mediciones de altimetría satelital hechas por Mörner et al. (2004) contradicen a esta alocada teoría. Las islas existieron antes del máximo de la última glaciación, y han estado habitadas por lo menos durante 1500 años antes del presente. Durante este período, hace unos 1000 a 800 años antes de hoy, es decir durante el Calentamiento Medieval, los habitantes sobrevivieron al nivel del mar que era de 50 a 60 centímetros más alto que ahora.
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Fuente: Nils-Axel Mörner et al. 2004
Figura 11: CAMBIO DEL NIVEL DEL MAR EN MALDIVAS
Se muestran los cambios en el nivel del mar en las Islas Maldivas durante los últimos 5000 años. Hace unos 3900 años el nivel del mar estaba por encima del actual (cerca de 1 metro más), 2700 años atrás unos 10 a 20 centímetros, hace 1000 años era 50 cms más alto, y más recientemente ente los años 1900 y 1970, unos 20 30 cms. Durante los últimos 30 años el nivel del mar disminuyó en la región unos 30 centímetros.
Durante las últimas décadas, tanto la altimetría satelital como los registros de niveles de mareas no muestran ningún significante ascenso del nivel del mar en las Maldivas. Hace unos 100 a 300 años el nivel del mar en el área era de 20 a 30 cm más alto que hoy. Existe firme evidencia de que el nivel del mar descendió allí entre 20 a 30 cms en los últimos 30 años, contrariando las expectativas del IPCC:
El futuro Cercano
Durante el millón de años pasado hubo unas 10 glaciaciones, cada una con una duración de unos 10.000 años, entremezcladas con cálidos interglaciales de una duración de alrededor de 10.000 cada uno. La última Edad de Hielo llegó a su fin hace unos 10.500 años por lo cual nuestro presente interglacial parece ser un poco más largo que el promedio. La nueva Edad de Hielo está esperando, y que venga en décadas, siglos o aún un milenio, es materia de especulación. Parece ser que este advenimiento inevitable será inducido por factores cósmicos naturales más que por factores terrestres. La hipótesis en boga en los años 70 sobre que las emisiones de hollín industrial y aerosoles inducirían una nueva Edad de Hielo parece ahora ser una arrogante exageración antropocéntrica, llevando al descrédito a la ciencia de aquel tiempo. El mismo destino le espera a la actual tontería del CO2.
Usando un novedoso método de análisis multiescala de tiempos para diagnosticar la varia-ción de la temperatura media global, del Hemisferio Norte y la información de temperatura de China desde 1881 hasta 2002, Zhen-Shan y Xian (2007) hallaron cuatro diferentes osci-laciones cuasi-periódicas, entre las cuales la oscilación de temperatura de 60 años es la más prominente. A pesar del aumento de concentración del CO2 atmosférico, el patrón de oscilación de 60 años está en descenso. Los autores concluyen en que la concentración de CO2 en la atmósfera no es el determinante clave de las variaciones de la temperatura glo-bal; que el efecto invernadero del CO2 ha sido excesivamente exagerado, y que es el mo-mento justo para reconsiderar la tendencia de los cambios climáticos globales. Su análisis sugiere que el clima global se enfriará durante los próximos 20 años.
Esta conclusión está en total acuerdo con las proyecciones de los astrónomos rusos del Instituto de Física Terrestre-Solar en Irkutsk, quienes, partiendo de una análisis de los ciclos de las manchas de sol para el período 1882-2000 dedujeron que el mínimo del ciclo solar de actividad secular ocurrirá en el próximo ciclo 24, en 2021-2026, que dará por resultado una mínima temperatura global de superficie (Bashkirtsev y Mashnich 2003). Ellos también encontraron que la respuesta de la temperatura del aire viene retrasada en rela-ción al ciclo de manchas solares en unos tres años in Irkustsk, y en dos años para todo el resto del globo terráqueo.
Una proyección similar basada en las observaciones de la actividad cíclica del Sol, fue anunciada desde el Observatorio Pulkovo, cerca de San Petersburgo, Rusia. El jefe del Laboratorio de Investigación del Espacio, Prof. Habibullo I. Abdussamatov, declaró que en lugar del profetizado calentamiento global, la Tierra enfrentará una lenta disminución de la temperatura alrededor de 2050 a 2060. Este período de refrigeración mundial durará unos 50 años y será comparable al enfriamiento que tuvo lugar durante la Pequeña Edad de Hielo entre 1645-1715, cuando la temperatura descendió en 1 a 2º C (Abdussamatov 2004, Abdussamatov 2005, y Abdussamatov 2006).
Un similar enfriamiento inminente, con dos nuevas Pequeñas Edad de Hielo alrededor de 2100 y 2200 fue predicha por el recordado Profesor Theodor Landscheidt, fundador del Instituto Schroeter para Investigación de Ciclos de la Actividad Solar, en Alemania (Land-scheidt 1995 y Landscheidt 2003).
Nota de FAEC: Varios trabajos del Dr. Theodore Landscheidt relativos a la actividad solar, su relación con el clima, las sequías en los EEUU, su influencia en los Niños y Niñas, fueron traducidos al español por Eduardo Ferreyra –con quien Landscheidt mantuvo una cálida amistad inter-web entre 2000 y mayo de 2004, fecha de su fallecimiento- agrupados en el directorio: Estudios de Theodore Landscheidt
Durante los últimos 3000 años se puede observar un claro enfriamiento en la tendencia del clima de la Tierra (Keigwin et al. 1994, y Khilyuk y Chilingar 2006). Durante este período, las desviaciones de la temperatura fueron de 3º C con una tendencia a la disminución de la temperatura global de unos 2º C. Como lo declaran Khilyuk y Chilingar: "Esta tendencia al enfriamiento probablemente perdurará en el futuro."
Vivimos en un período geológico de enfriamiento y el calentamiento global observado duran-te aproximadamente 150 años es apenas un muy corto período geológico de la historia. Esto se ve reflejado en la figura 12.
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Fuente: Jaworowski 2008
Figura 12: CAMBIO DE TEMPERATURA ATMOSFÉRICA
EN LOS ÚLTIMOS 1.000 AÑOS
Este es un gráfico simplificado de los cambios de la temperatura media global durante los últimos, usando datos de Khilyuk y Chi-lingar, 2006. La proyección de la temperatura hasta 2100, la línea de puntos, está basada en datos del autor de este estudio.
No es el hombre quien gobierna el clima sino la Naturaleza. El Protocolo de Kioto y los infor-mes del IPCC, cantando la música de las ideas Maltusianas, seguramente harán mucho rui-do y causarán enorme daño a la economía global y al bienestar de miles de millones de personas. Pero no pueden hacer nada por el clima. Esto lo aprenderemos en el futuro muy cercano.
Zbigniew Jaworowski es un científico multidisciplinario, ahora asesor senior en el Labora-torio Central de Protección Radiológica en Varsovia, Polonia. En el invierno 1957-1958 midió la concentración de CO2 en el aire de la atmósfera de Spitsbergen. Desde 1972 a 1991 investigó la historia de la polución de la atmósfera global, midiendo polvo preservado en 17 glaciares: en las montañas Tatra de Polonia, en el Ártico, la atártida, Alaska, Noruega, los Alpes, los Himalayas, las montañas Ruwensori de Uganda, y los Andes Peruanos.
Ha publicado numerosos 'papers' sobre el clima, la mayor parte concerniente a las medicio-nes de CO2 en las muestras de hielo. Dos de sus 'papers' sobre el clima aparecen en el sitio web de la revista 21st Century Science &Technology. Esta es una versión expandida de su artículo publicado primero en EIR, Executive Intelligence Review, en marzo 16, 2007.
En FAEC, Zbigniew Jaworowski tiene sus estudios agrupados en Estudios de Jaworowski.
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Fuente: Zbigniew Jaworowski. (CO2: El Escándalo Científico
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[Zbigniew Jaworowski es un científico multidisciplinario, ahora asesor senior en el Laboratorio Central de Protección Radiológica en Varsovia, Polonia. En el invierno 1957-1958 midió la concentración de CO2 en el aire de la atmósfera de Spitsbergen. Desde 1972 a 1991 investigó la historia de la polución de la atmósfera global, midiendo polvo preservado en 17 glaciares: en las montañas Tatra de Polonia, en el Ártico, la Antártida, Alaska, Noruega, los Alpes, los Himalayas, las montañas Ruwensori de Uganda, y los Andes Peruanos.
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[1] Se ve diferente porque las estadísticas de la edad media fueron reconstrucciones y en los últimos años pudieron hacerse mediciones más precisas.